-El tiempo decidió no volver a esperarnos, queriendo no volver jamás a cruzarnos.
-Cerramos todo para evitar cualquier intruso, frenando y eliminando todo impulso.
-Eliminamos todo rastro de añoranza, pudiendo llegar a desequilibrar nuestra balanza.
-Decidimos encerrarnos y enterrarnos bajo cero, congelando todo bajo un agüjero.
-Armamos un caparazón a prueba de todo, aislandonos durante un largo periodo.
-En armonía con una reconfortante soledad, esperanza de encontrar algo de confianza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario