-Cerradura en corazón y candado en mente, el silencio para lo que fue concluyente.
-El odio consume nuestras reservas de oxígeno, consecuencia de la ingesta de veneno.
-Ya no queda rastro alguno de inocencia, sin ningún tipo de razón para la coherencia.
-Somos el conjunto de heridas del pasar del tiempo, ritmos que marcan nuestro tempo.
-Ya no hay razón que alimente nuestra vuelta, uniones que hemos dejado disueltas.

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